¿Quién dijo que el juego era por ganar? Aquí se gana en la pausa… tras perder tu última moneda. Los dioses olvidaron los dados, pero el casino sigue girando. Mi presupuesto: una moneda de oro. Mi tiempo: 45 minutos para respirar sin moverme. ¡No busques jackpots! Busca el silencio entre las tragapuestas… y si escuchas bien, oyes cómo Mjölnir rueda como un dado egipcio. ¿Tú también te sientes un sabio? Entonces apuesta… pero no con fichas. Con silencio.